Archivo de la categoría: POEMAS EN PROSA

Endechas

I

El lenguaje silencioso engendra fuego. El silencio se propaga, el silencio es fuego.

Era preciso decir acerca del agua o simplemente apenas nombrarla, de modo de atraerse la palabra agua para que apague las llamas de silencio.

Porque no cantó, su sombra canta. Donde una vez sus ojos hechizaron mi infancia, el silencio al rojo rueda como un sol.

En el corazón de la palabra lo alcanzaron; y yo no puedo narrar el espacio ausente y azul creado por sus ojos.

II

Con una esponja húmeda de lluvia gris borraron el ramo de lilas dibujado en su cerebro.

El signo de su estar es la enlutada escritura de los mensajes que se envía. Ella se prueba en su nuevo lenguaje e indaga el peso del muerto en la balanza de su corazón.

III

Y el signo de su estar crea el corazón de la noche.

Aprisionada: alguna vez se olvidarán las culpas, se emparentarán los vivos y los muertos.

Aprisionada: no has sabido prever que su final iría a ser la gruta a donde iban los malos en los cuentos para niños.

Aprisionada: deja que se cante como se pueda y se quiera. Hasta que en la merecida noche se cierna la brusca desocultada. A exceso de sufrimiento exceso de noche y de silencio.

IV

Las metáforas de asfixia se despojan del sudario, el poema. El terror es nombrado con el modelo delante, a fin de no equivocarse.

V

Y yo sola con mis voces, y tú, tanto estás del otro lado que te confundo conmigo.

Alejandra Pizarnik

El infierno musical, 1971

FUENTE

Pizarnik, Alejandra. Poesía completa. Barcelona: Lumen, 2000

La máscara y el poema

El espléndido palacio de papel de los peregrinajes infantiles.

A la puesta del sol pondrán a la volatinera en una jaula. La llevarán a un templo ruinoso y la dejarán allí sola.

Alejandra Pizarnik

En: El infierno musical

Pizarnik, Alejandra. Antología completa. Barcelona: Lumen, 2000

Caminos del espejo – XIX

XIX

Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo, he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz.

Alejandra Pizarnik, Caminos del espejo, 1962

Pizarnik, Alejandra. Poesía completa. Barcelona: Lumen, 2000

De «Pequeños poemas en prosa»

Llega un día en que la poesía se hace sin lenguaje, día en que se convocan los grandes y pequeños deseos diseminados en los versos, reunidos de súbito en dos ojos, los mismos que tanto alababa en la frenética ausencia de la página en blanco.

Alejandra Pizarnik.

© Miriam Pizarnik, Lumen

Pizarnik, Alejandra. Poesía completa. Barcelona: Lumen, 2000